Después del Salmo 91
Sabía que vendrías a mi hijo querido, no sabes cuánto he esperado este momento, deja que te reciba con los brazos abiertos. Vamos, suelta esa carga ahora mismo y abrázame que yo me hare cargo de todo, déjala para mi, que yo con gusto la recibo por ti.
No, no quiero verte triste, este es un día muy importante para los dos. Vamos ten fe, sonríe, porque ésta ya no es tu lucha solamente, es de los dos y la venceremos hijo, si pones tu fe en mi.
Porque desde este momento, donde quiera que estés, allí estaré. Donde quiera que vayas a tu lado caminaré. Donde quiera que tu mente viaje, allí viajaré; porque no me apartaré de ti ni un instante.
Velaré por cada parpadear de tus ojos, por cada latido de tu corazón, por cada nueva célula que en ti renace y por cada una que en ti deja de existir. Tomaré cada paso que des como mío propio y tú ya no estarás solo. En mi pondrás tu presente y tu mañana.
De noche hablaremos juntos de las grandes y pequeñas proezas que compartimos lado a lado y pondrás tu esperanza y buen dormir en mí, porque yo cuido de ti con ahínco y amo tu vida de sobremanera. Yo soy tu Dios que te prospera y protege, nada te faltará, desde hoy y para siempre.
Ahora descansa en mí.
No, no quiero verte triste, este es un día muy importante para los dos. Vamos ten fe, sonríe, porque ésta ya no es tu lucha solamente, es de los dos y la venceremos hijo, si pones tu fe en mi.
Porque desde este momento, donde quiera que estés, allí estaré. Donde quiera que vayas a tu lado caminaré. Donde quiera que tu mente viaje, allí viajaré; porque no me apartaré de ti ni un instante.
Velaré por cada parpadear de tus ojos, por cada latido de tu corazón, por cada nueva célula que en ti renace y por cada una que en ti deja de existir. Tomaré cada paso que des como mío propio y tú ya no estarás solo. En mi pondrás tu presente y tu mañana.
De noche hablaremos juntos de las grandes y pequeñas proezas que compartimos lado a lado y pondrás tu esperanza y buen dormir en mí, porque yo cuido de ti con ahínco y amo tu vida de sobremanera. Yo soy tu Dios que te prospera y protege, nada te faltará, desde hoy y para siempre.
Ahora descansa en mí.