de vez en cuando

lunes, 26 de mayo de 2008

Te vendo un celular...


Edgar Arboleda vende teléfonos celulares de una conocida marca. Algo normal, lo curioso es que los comercializa en un pueblo en el que no entra la señal…
Tener un celular allí, significa tanto como cargar un trofeo sin valor o quizá, desplazarse de un lugar a otro con un pedazo de roca estelar caida como un meteorito. Pero vende. Y bastante.

Tiene tal poder de convicción que poco faltó para que le comprara uno. Lo conocí en Riofrío, provincia del Valle del Cauca, en Colombia. Es un pueblito de calles angostas, pavimentadas y con grandes caserones de madera con una arquitectura propia del siglo pasado.
¿Cómo convence a sus clientes? Les anuncia que la empresa patrocinadora está próxima a instalar una antena repetidora que permitirá captar la señal. De esta manera, asegura, en apartados lugares del campo no sufrirán por la falta de comunicación… Sus palabras son elocuentes.

Está convencido de las bondades del producto que ofrece.Pero ante todo, tiene visión y el optimismo que te permite ver oportunidades donde muchos consideran que sería imposible hacer algo…
Una visión optimista… Pensar y mirar la vida diferente que los demás, siempre traerá problemas. Es ir contra la corriente. Decir que el amanecer es de un color alegre mientras que la opinión generalizada es que hay densos nubarrones y lo más probable es que lloverá, despertará críticas y burlas.

Convencimiento interno es un gran ingrediente. Necesito estar convencido yo mismo de algo, antes de poder convencer a otros. Un convencimiento que es vital en la vida, es el estar bien convencido que el Señor es nuestro Dios y Salvador personal. Cuando uno está convencido de eso, nada ni nadie lo puede separar de El….y termina uno compartiendo esa verdad con otros. Aunque algunos no lo crean, sin embargo, es bueno estar convencido de quién es Dios para nosotros.



Colaborador: Fernando Alex Jimenez

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