El sufrimiento revela lo que hay en nuestros corazones.
El sufrimiento muchas veces ocurre como consecuencia de las acciones de otros. Pero tiene la habilidad de revelar lo que está en nuestros propios corazones.
Nuestra capacidad de sentir amor, misericordia, ira, envidia y orgullo puede dormir hasta verse despertada por las circunstancias.
La fortaleza y la debilidad de corazón se encuentran, no cuando todo va como queremos, sino cuando las llamas del sufrimiento y la tentación prueban nuestro carácter.
Así como el oro y la plata se refinan por el fuego, y como el carbón necesita tiempo y presión para convertirse en diamante, el corazón humano se revela y se desarrolla al soportar la presión y el calor del tiempo y las circunstancias.
La fortaleza de carácter se muestra, no cuando todo está en orden en nuestro mundo, sino en la presencia del dolor y el sufrimiento humanos (Job 42:1-17; Romanos 5:3-5; Santiago 1:2-5;1 Pedro 1:6-8).
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